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En un lugar de la Mancha...

El Rincón del Infante es un alojamiento de estilo rural, situado en la céntrica Plaza Mayor de La Villa de Don Fadrique (Toledo). Con una decoración castellana tradicional, y situada en el final de la 12ª y principio de la 13ª etapa del Camino de Santiago (camino de Levante/Sureste), este complejo rural es la parada ideal para todo tipo de peregrinos. El alojamiento dispone 10 plazas, repartidas en 5 habitaciones, con la posibilidad de instalar una cama supletoria por habitación, en alguna dos (en total seis). Todo ello con las comodidades y servicios propios de una casa rural, y con unos precios muy económicos.

Recientemente reformada y ampliada, dispone de servicios para sus huéspedes como wifi gratuito, cuna, posibilidad de alojamiento con mascotas, servicio de alquiler de bicicletas y una nueva opción, que es la de paseo a caballo, para disfrutar de lo que es La Mancha en toda su extensión. Igualmente todas las habitaciones tienen cuarto de baño completo individual, calefacción, aire acondicionado y todo, en una casa que fue del Conde de Barrionuevo, allá por el siglo XIX. En definitiva, una estancia con mucha historia.

En la propia localidad, que recientemente fue investigada como el lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiso acordarse Miguel de Cervantes, por haber residido en ella, se puede disfrutar de un rico patrimonio propio del fundador, el Maestre de la Orden de Santiago, el Infante don Fadrique, quien otorgó el título de Villa en 1343 con el Privilegio del Fuero de Sepúlveda, lo que le confiere un estilo puramente manchego, ya que en esos fueros, una de las cosas que destacan, es que sus habitantes tienen que plantar "al menos tres aranzadas de vid", y el viñedo es el paisaje más característico. Y sus vinos, a prueba de los paladares más exigentes, elaborados por la cooperativa "San Isidro", con la marca de vinos "Doña Sol", la SAT  "Monte La Villa", y "Bodegas Don Fadrique" con sus marcas Lagar del Infante y Silo del Conde, y una bodega particular, "Bodegas J. Santos", con una amplia gama de variedades y marcas.

El casco histórico destaca por la Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción, del siglo XIV, con un pórtico gótico que da al poniente, y otro de estilo renacentista que da al mediodía. Junto a ella, el antiguo Hospital de Peregrinos, y edificios emblemáticos como la Casa de la Torrecilla, donde cuenta la leyenda que se refugió su fundador en su contienda que mantenía con su hermanastro, Pedro I El Cruel. 

La villa de La Puebla de don Fadrique, que así se llamó hasta 1916, se encuentra muy cercana a poblaciones de gran interés turístico e histórico como son Tembleque, con su gran Plaza Mayor, El Toboso (pueblo natal de Dulcinea), con su "Catedral de La Mancha" por la majestuosidad de su Iglesia o el convento de Las Trinitarias, también conocido como "el Escorial de La Mancha". También está cerca de Lillo, donde se encuentra un complejo de aviación con un centro de paracaidismo y un aeródromo para los aficionados a este deporte y que acoge campeonatos internacionales de vela, junto a su gran conjunto histórico-artístico que bien merece un paseo. Y no hay que olvidar los famosos gigantes contra los que se enfrentó Don Quijote de La Mancha, que no son otros que los molinos de Campo de Criptana, aunque si es por molinos, también están cercanos los del Balcón de La Mancha en Mota del Cuervo, edificados sobre lo que fue el antiguo castillo de La Mota, o los de Consuegra, en la crestería del Cerro Calderico, en el que también se ubica el castillo de La Muela, que fue sede de la Orden de San Juan de Jerusalén, donde murió el hijo del Cid Campeador.

Y no muy lejos están también poblaciones como Uclés, sede de la Orden de Santiago y lugar de reposo del poeta Jorge Manrique, y, por supuesto, el Parque Arqueológico de Segóbriga, ciudad romana del siglo I de nuestra era, que exportaba a todo el Imperio Romano el "Lapis Especularis", también conocido como el cristal de La Mancha, y entornos naturales como el Complejo Lagunar de Villacañas, el de Manjavacas en Mota del Cuervo, las Lagunas de Ruidera, y el castillo de Belmonte, lugar que vio nacer al Infante Don Juan Manuel, o al poeta Fray Luis de León y que fue sede del Marquesado de Villena hasta la época de los Reyes Católicos.

Esto y mucho más forma parte de la aventura desde la que se puede disfrutar con parada y fonda en un alojamiento rural que te trasforma a otra época, el de El Rincón del Infantede La Villa de don Fadrique, en el corazón de La Mancha toledana.

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